Entender el arte es muy complejo. En cualquiera de sus vertientes, el arte es precisamente muy subjetivo, y depende de quien lo vea o interactúe con él, tendrá una visión distinta. En el cine, entendido como arte, pasa lo mismo. Muchas veces se suele olvidar que el cine es también llamado el séptimo arte, y aunque al final lo que logra mantener viva la industria cinematográfica sean los grandes éxitos de taquilla y los productos más comerciales, no hay que olvidar que según cómo, gracias a las vanguardias artísticas en el cine, se ha innovado lo suficiente como para ver el tipo de películas que vemos actualmente. Algunas veces eran más conscientes de estar innovando y haciendo arte, y otras era pura casualidad. Vamos a hacer historia.

Aprovechando la exposición que ha habido estos meses en el CaixaForum de Barcelona sobre Arte y Cine, quiero hacer una reflexión sobre cómo el arte y sus distintas vertientes, han influido y han hecho avanzar el cine, cuando no han ido de la mano. No soy experto en arte ni pretendo parecerlo, que conste. Si vives en Barcelona, tienes tiempo hasta el 26 de marzo para verla.

Desde sus inicios, el cine fue muy ligado a la imagen, obviamente. De hecho, probablemente el interés por las imágenes en movimiento nazca a raíz de otras vías como la fotografía o la pintura. El hecho de lograr captar y plasmar lo que el ojo humano ve, siempre ha sido una de las inquietudes del hombre desde que tenemos historia. Ya en aquellas cuevas prehistóricas, donde se pintaban techos y paredes con dibujos rupestres, cuya única finalidad era la de contar historias con imágenes. Contar historias e imágenes, ¿no suena muy cinematográfico? De hecho, ese es el objetivo del cine: contar historias gracias a la imagen, y el sonido.

La fotografía prácticamente podría considerarse una evolución natural de la pintura, sobre todo de la realista. La invención de la fotografía, allá por 1839 con el daguerrotipo, buscaba captar lo que el hombre decimonónico veía y plasmarlo para que todo el mundo pudiera verlo. Era cuestión de tiempo que se buscara hacerlo en movimiento, cosa que ya se intentó con el zoopraxiscopio o el kinetoscopio, ambos inventos para poder lograr el efecto de movimiento con imágenes sucesivas, como un rollo fotográfico. Es por todos sabido el funcionamiento de este tipo de aparatos, que se han ido mostrando en muchas películas como referencias directas al inicio del cine o como recursos de atrezzo.

La imagen más famosa del daguerrotipo, distintas fotografías que pasadas a la vez, dan sensación de movimiento

Y tuvieron que llegar dos hermanos franceses de apellido Lumiére para inventar el cinematografo. El resto, como suelo decirse, es historia. Y de historias va esto, ya que teniendo la relación tan directa de la imagen con el cine, ¿cómo no iba a hermanarse con la pintura? Las vanguardias artísticas, sin hablar exactamente de la pintura realista, le deben mucho al cine, y al revés. No hay más que recordar épocas como el expresionismo alemán, con sus decorados y alargadas sombras, con Metropolis (1927) como mayor exponente.

Fragmentos del story-board de una película del expresionismo alemán: El gabinete del doctor Caligari (1920), vista en la exposición Cine y Arte

Al fin y al cabo, el plano no es más que eso: un cuadro, una foto, que sugiere o muestra algo que se quiere contar. De esta manera y entendiendo el cine como un arte con más posibilidades -por contar además con el movimiento y el sonido por citar dos añadidos- se pueden contar más historias de manera distinta y explorando la manera en la que se cuentan. Y esto, para un artista, no es más que un aliciente. El cine está sembrado de ejemplos de pintores que experimentaron con la cámara, desde sus inicios sobre todo.

En realidad el cine no ha dejado de avanzar gracias al arte. Desde los cánones de Hollywood instaurados en los años 20 con las grandes superproducciones, a innovadores con el uso de la cámara como Alfred Hitchcok o Stanley Kubrick por citar algunos, la Nouvelle Vague francesa que cambió la manera de rodar y montar películas a finales de los 50, o bien toda la generación que en los 70 revolucionó el cine con sus historias y el tono de sus películas (encabezados por Coppola o Scorsese, por ejemplo). Distintas vanguardias que han traído hasta nuestros días el cine tal y como lo conocemos. Sin todos esos avances y pruebas, que muchas veces se basaban en el arte experimental, no estaríamos hablando del cine como lo es hoy.
De hecho, puede que hasta ni siquiera hablásemos de cine, ya que hubo una época, principalmente cuando arrancó y en parte debido a gente como George Mélies, que el cine era visto simplemente como un entretenimiento, algo con lo que distraer a las masas. Más allá de ser un invento curioso que podía servir para pasar el rato, no se le veía otro uso. Por suerte, alguien vio realmente las posibilidades que tenía como arte y como canal para expresar lo que querían contar (el arte en resumen es eso) que pudo evolucionar hasta lo que es hoy en día.

Cuadro artístico basado en la icónica imagen de Charlot, el personaje que popularizó Charles Chaplin

El mundo de los carteles de cine, otro ejemplo clarísimo de arte como parte del cine. En una sola imagen, se debe lograr plasmar el mensaje y resumen de la película, y que además sea atrayente para el futuro espectador. Así, se pretende "comprar" la entrada del público llamando su atención con carteles más o menos elaborados. Actualmente este tipo de trabajos está muy divivido, ya que hay desde la película que se preocupa por trabajar su imagen y lograr captar al público, o bien la película que no tiene interés en esto y presentan carteles de cine que son un dolor para los ojos.
Resumiendo, es una imagen que bien podría ser arte en muchos casos, la primera cara de una película, antes incluso que los tráilers, de los que ya hablé en el blog.

Es evidente que para que la industria siga funcionando, debe facturar millones y ganar dinero, de lo contrario se hundiría el chiringuito. Pero no hay que olvidar todo ese cine más minoritario y sin tantas estrellas, que logra mantener al cine vivo, sin necesidad de secuelas, blockbusters o remakes de películas ya conocidas y que lo único que logran es aburrir al espectador y matar el cine. Por suerte para los amantes del séptimo arte, hay gente que sigue innovando, y ya cuando se puede combinar vanguardia con espectáculo, podemos hablar de que se hace historia.
Es gracias a este tipo de películas, que son un éxito y que además abren nuevas vías, que el cine sigue funcionando. Ese es el mérito de obras como la primera de Star Wars (1977) o El caballero oscuro (2008), convertir productos para todos los públicos, en puntos de inflexión para que el cine evolucione. Confiemos en que mientras eso suceda, tendremos cine para rato.

El poder evocador de la imagen, tan aprovechado durante años en la pintura, convirtió al cine en el recurso perfecto para seguir explotando esto, con el añadido del movimiento. Esto fue un caramelo demasiado goloso para que muchos artistas no perdieran la oportunidad de desarrollar su obra en el nuevo arte de moda: el cine. Es una pena que actualmente no se dé tanta importancia a este tipo de cine, que aunque no sea el ortodoxo al que solemos estar acostumbrados, no es menos interesante.

Es por esto, que es importante tener en cuenta que gracias al arte y a la expresión artística que permite el cine, podemos disfrutar hoy en día de las películas que tanto nos gustan. Al fin y al cabo, si con el cine logramos emocionarnos, no es por otra cosa que se trata de arte, y el arte, nunca deja indiferente. Objetivo cumplido.

Algunos de los carteles de éxitos de los años 60, cuando se descubrió el potencial artístico de los carteles de cine

XOXO SoldieRyan