Litus: o la incapacidad de afrontar el dolor

by - febrero 23, 2020


Hay películas que te llegan por casualidad, y en algunos casos, te llevas una grata sorpresa. Litus (2019) es uno de esos casos, y la verdad es que es una película que merece la pena. Más allá de por el reparto con el que cuenta, que son actores de primera fila, la historia es muy intensa. Básicamente habla de dos grandes temas: cómo la generación actual afronta la vida adulta, y la otra y la más importante; la incapacidad de afrontar el dolor.

Los traumas de Litus

El nombre de la película hace referencia al amigo que tienen en común todos los personajes de la película, que se suicidó hace 6 meses en el momento en el que transcurren los hechos. Los 6 personajes se reúnen para hablar del amigo fallecido, y queda claro que cada uno está pasando por un momento diferente. Esto implica que, en algunos casos, se den reencuentros de ex-parejas, amigos que tenían guardadas rencillas o disputas pendientes.
Al final, el suicidio -y esto no es ningún spoiler, se cuenta en el tráiler- es la excusa para tratar las diferentes maneras en las que el suicidio afecta a tu entorno. Desde el hermano mayor de Litus (interpretado por Quim Gutiérrez), a la pareja (Belén Cuesta) o su mejor amigo (Alex García). Todo un satélite de personas que tenían algún tipo de relación -más o menos cercana- con Litus, que siempre está presente aunque no se le llegue a poner cara en ningún momento.

Belén Cuesta y Alex García en Litus (2019) en un momento de la película
Belén Cuesta y Alex García en Litus (2019) en un momento de la película

La educación emocional es algo de lo que se ha hablado en esta página en repetidas ocasiones, y en Litus queda claro cómo la generación actual no sabe cómo gestionar una pérdida de este calibre. Afrontar la desaparición de un ser querido, implica un torrente de emociones (ira, tristeza, rabia, etc) por no poder entender lo que ha pasado y el por qué. Esta acción, el suicidio, tiene un efecto en la vida de su entorno cercano, trastocándolo todo para bien o para mal.

Cualquier excusa es buena para no entrar en la habitación de Litus, donde viven dos de los personajes principales. De hecho, es una analogía perfecta de cómo ninguno de ellos quiere hablar del tema, hasta que llega el día en el que suceden los acontecimientos de la película. La habitación sigue exactamente igual desde el día en que Litus se suicidó, nadie se ha atrevido a entrar y vaciarla, sacando las cosas. Con la situación de la muerte, pasa exactamente lo mismo.

Precisamente esa es la razón por la que empiezan a aparecer las discusiones, todo lo que durante estos 6 meses, los amigos se habían callado al no afrontarlo. La ira como respuesta a la situación, una reacción muy humana. La negación, el querer pensar que fue un accidente, surge también en algún personaje como respuesta a lo sucedido. Diferentes reacciones ante un duelo emocional.

El reparto casi al completo de la película de Litus (2019) en el piso donde vivía el personaje
El reparto casi al completo de la película de Litus (2019) en el piso donde vivía el personaje

La personalidad de Litus

Idealizar a alguien fallecido es habitual en nuestra sociedad. Se tiende a realzar todo lo positivo de la persona, sin recordar (o sin querer recordar) cómo era realmente esa persona. Esto también se da en Litus, y constantemente se hace referencia a lo buena persona que era, lo inteligente y artístico que era, y lo sabio que era aconsejando.

Pero la película da un punto de vista interesante, y es que en medio de las discusiones que empiezan a surgir entre los personajes por lo que han compartido en el pasado, se dan el permiso de sacar a la luz los defectos de Litus. De esta manera, y haciendo algo valiente, se atreven a reconocer incluso que en algún caso, a alguno de los personajes le ha ido la vida mejor desde que Litus se suicidó.
Se recalca también que en algunos casos -y en boca de su propio hermano- podía llegar a ser un "cabrón". Esto humaniza al personaje desaparecido, y además hace visible algo muy humano: nadie es perfecto, y no necesita serlo para ser recordado con cariño y echarlo de menos.

Otro tema que me parece brutal, y que termina de arrasar emocionalmente al espectador, es cómo era en realidad Litus. Se parte de la idea inicial de que era un tío super divertido, muy majo y muy feliz -según la carta que escribió de puño y letra para su hermano-, pero al final, este mismo explica cómo cuando era pequeño, lloraba continuamente. Al final, Litus fingía ser feliz, fingía estar bien, pero todo escondía una incapacidad de vivir como adulto, de vivir la vida adulta, porque no sabía cómo hacerlo, y esa es la razón que le lleva a suicidarse.

Fingir ser feliz de cara a tu entorno es algo muy habitual, porque al final, no te sientes con el derecho de molestar a los demás para pedir ayuda. Incapaz de resolver la situación o encontrarle salida, o no verle sentido a nada, terminas por suicidarte. Esto que, explicado así, puede resultar frío, es algo que realmente suena incluso racional. Litus era alguien infeliz que de vez en cuando estaba contento, y lo disimulaba, o era alguien feliz que a veces estaba depresivo. Ni su propio hermano tiene una respuesta.

Alex García y Quim Gutiérrez en Litus (2019)
Alex García y Quim Gutiérrez en Litus (2019)


La responsabilidad de Litus

Suicidarse es un acto que implica una serie de consecuencias, sobre todo en el entorno cercano, y eso queda reflejado en la película. También aparece la idea de que alguien no puede suicidarse y dejarle toda la responsabilidad a los demás de sostener esa situación, y además, sin despedirse. Los amigos no se merecen esta situación, esta respuesta, tras haber compartido tanto. Y los padres, con todo ese dolor sin comprender nada de nada.

Habla de lo injusto que fue Litus al suicidarse, al no tener en cuenta la responsabilidad que le estaba dejando a su hermano, por ejemplo, hacerse cargo de la situación familiar. O sin despedirse de su novia, alguien a quien ha amado y que le ha amado en vida. O sus amigos, sin darles la oportunidad de preguntarle por qué. Todas estas preguntas se plantean en la película, y por supuesto, se deja claro que se le quiere y aprecia, y que la idea es respetada, pero aún así, ¿es justo que alguien se suicide? Si lo hubiera contado, ¿lo habrían podido convencer de que no lo hiciera?

El suicidio no es un tema agradable, pero al final todo el mundo tiene a alguien en su entorno que conoce a alguien que se ha suicidado. Es uno de los principales motivos de muerte actualmente en las sociedades occidentales. Y precisamente el motivo por el que lo hace Litus, que puede parecer irresponsable o no, cobarde o no, egoísta o no, parece incluso comprensible.

Vivimos en una sociedad tan cuadriculada, con tantas obligaciones, exigencias, y parece tan complicado abrirse camino, que algunas personas cuando llegan a la edad adulta, se sienten decepcionadas. Decepcionadas porque la vida no cuadra con las expectativas que les habían vendido durante a infancia: tener un trabajo, estudios y una pareja, te garantizaba la felicidad. Estas instrucciones se han quedado obsoletas, y vivir siendo adulto se hace más complicado de lo que parecía. Litus simplemente no se sentía preparado para vivir así, de esta manera y bajo estas normas, y su solución fue el suicidio. No suena a algo tan ajeno e imposible.

Al final, la película deja cierto aire de esperanza, al lograr que los personajes afronten el trauma por la muerte de su ser querido, y que no les permitía avanzar. Siempre que uno afronte sus traumas de manera responsable y cuando esté preparado, es posible seguir adelante. Porque sí, aunque alguien se vaya, la vida sigue, y eso es lo bonito, que la vida siempre se abre camino, y la esperanza de algo mejor, está siempre presente.

El reparto de la película de Litus (2019): Alex García, Miquel Fernández, Adrián Lastra, María Nieto, Quim Gutiérrez y Belén Cuesta
El reparto de la película de Litus (2019): Alex García, Miquel Fernández, Adrián Lastra, María Nieto, Quim Gutiérrez y Belén Cuesta


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