Blockbuster sin insultar al espectador
¿Qué es un blockbuster? Los medios de comunicación se hartan de utilizar esta palabra durante todo el año, para anunciar el estreno de ciertas películas. Está tan integrada en la sociedad, que mucha gente la utiliza, a veces desacertadamente. Para poner en contexto, un blockbuster es una película de alto presupuesto realizada con la intención de ganar dinero, y por tanto, tiene que cumplir con una serie de parámetros que según las agencias de marketing y las propias productoras, son los que determinarán cómo debe ser esa película. El cine como producto comercial. Hay momentos durante el año que son más propícios a que esto suceda, y el verano precisamente es la mejor época para saturar al espectador con un blockbuster tras otro. El problema viene cuando en algunas de estas películas, se trata al espectador como si fuera estúpido, ofreciendo un producto que no es ni cine ni arte, sólo un gancho para recaudar dinero.
Gastarse la entrada en una película para ir al cine, es más bien un capricho que una necesidad. De hecho, los precios tirando a desorbitados por los que ronda el cine en España, convierten el hecho de comprar una entrada durante el fin de semana, en algo así como un desembolso que a más de uno, le hace pensarse eso de ir a una sala, con lo barato que sale en casa. Es decir, que no facilita las cosas el tener que pagar tanto para poder disfrutar de una película. Debido a eso, el espectador medio se ha vuelto quizás más exigente, aunque hay opiniones para todos los gustos.
En los últimos años, y debido al resurgir de algunos géneros y al crecimiento rápido de otros, cada vez hay menos espacio para el cine más de autor o independiente, y en cambio se satura la cartelera de estrenos semanales con películas en las que se han invertido millones y sus productores se empeñan en vendernos a toda costa. ¿Cuántas veces se oye/lee aquello de "la mejor película del año"? Demasiadas. Y no puede ser que durante el año, haya tantas películas llamadas a ser la mejor del año. Algún fallo tiene que haber.
Logan (2017), ejemplo de blockbuster diferente, alejado al cine convencional de superhéroes |
Convertir el cine en un producto -llamado blockbuster- repercute en un problema de calidad posterior. A nadie le molesta pagar por algo que merece la pena, Apple es el mejor ejemplo, o Netflix, dos servicios muy diferentes pero por los que la gente desembolsa parte de su dinero para poder obtener a cambio un producto al que podrá sacarle un rendimiento, y en ambos casos, son accesorios, es decir, que no son necesarios para el día a día como sí pueden serlo la luz o el agua corriente. Pero el problema de encajonar una película dentro de ciertos parámetros para recuperar la inversión realizada en ella, es que la condena a querer contentar a demasiado tipo de público, por aquello de recaudar más, ya que a cuanta más gente guste, más dinero se llevarán por ella. Targets se le llama al tipo de público ahora.
La tan manida excusa de la escasez de ideas en Hollywood para justificar que lo que veamos últimamente en los puestos más altos de la taquilla sean secuelas, precuelas y remakes de películas ya hechas, viene precisamente de ese punto. Para que apostar, para que innovar, si realizando la enésima versión de una película ya estrenada y con un público fiel como garantía de taquilla, van a poder recaudar dinero prácticamente de manera automática. Marvel no tiene más que anunciar su nueva película, para asegurarse que su público acudirá en masa a los cines cuando se estrene. O Disney con Star Wars, o la secuela de Blade Runner, o la última parte de Transformers. Luego se estrenan cintas como Logan (2017), y todo el mundo se vuelve loco celebrando esta versión de Lobezno, cuando sí, es una película original, pero no es más que un western con un final convencional. El problema está en que cosas así se ven tan poco, que parecen únicas.
Hasta ahí ningún problema, porque parece que hasta el público demanda que le saturen con más de lo mismo. Pero eso es un círculo vicioso, que precisamente acostumbra al espectador a apostar por lo seguro, y por tanto no arriesgar. A raíz de ello, se pierden la oportunidad de disfrutar de películas que no pueden invertir tanto en publicidad, pero en cambio, al no deberse tanto a los parámetros a los que se someten los blockbusters, pueden innovar y ser más creativos, y entonces, ofrecer mejores productos y más trabajados. Son precisamente este tipo de películas más innovadoras, las que de alguna manera hacen avanzar al cine y la manera de contar las historias.
La momia (2017) enésima versión del clásico de terror, en este caso, con Tom Cruise como protagonista |
En realidad, ir al cine y ver un blockbuster no es un problema, a todo el mundo le apetece desconectar y se asocia palomitas y refresco con este tipo de cine por una serie de razones. Entre ellas, el pasarlo bien mientras ves algo más bien poco trascendental, para pensar ya tienes tu propia vida. Pero resulta igual de gratificante ir al cine y ver un buen espectáculo, con una historia elaborada y unos personajes que consigan engancharte, todo bien adornado con los pertinentes efectos especiales para dejar alucinada a la platea. A todos nos gustan este tipo de películas. Básicamente, porque te permiten viajar a lugares donde es probable que nunca vayas, o recrear fantasías infantiles delante de nuestros ojos de adultos.
Las grandes majors de Hollywood no entienden que el espectador espera algo más, y se puede caer en un problema de simplificar en exceso el cine de entretenimiento, como si este sólo pudiera vivir de rentas. Cuando una película que no pertenece a ninguna obra previa se convierte en un éxito, resulta hasta sorprendente. Y ciertamente lo es. Uno se acostumbra a esperar el último tráiler de la versión más reciente de El Rey Arturo, o a ver por fin en pantalla La Liga de la Justícia.
La Liga de la Justícia de DC, se estrenará en noviembre de 2017 |
Directores como Christopher Nolan o Edgar Wright son rara avis, y es una pena. Realizadores que logran hacer películas originales pero sin renunciar al espectáculo del blockbuster. De hecho, precisamente se debería hacer cine de entretenimiento de calidad, para aprovechar que tienes un público amplío al que hacer llegar cierto tipo de cine y de mensaje. Al fin y al cabo, Netflix se permite tanta libertad creativa porque consigue inversión, pero arriesga, y sí, dentro de tanto riesgo surgen productos que no valen la pena -series en este caso- pero resulta que saca auténticas joyas audiovisuales, gracias a las cuáles podemos disfrutar. Castlevania era una apuesta arriesgada, o incluso la tan comentada este año Por trece razones. Sólo por el hecho de arriesgar, Netflix ya está haciendo más que la mayoría de majors.
El blockbuster no debería ser un producto que copie parámetros que se supone garantizan un éxito. Debería ser una película hecho con dinero, porque se necesita para hacerlas a esa escala, pero con un guión, unos profesionales que se preocupen por sorprender al espectador y un mínimo de cariño por crear un producto (que es lo que es una película al fin y al cabo) decente, y no una copia de una fórmula ya añeja. Nolan hará mejores o peores películas, porque no siempre se puede acertar, pero bienvenido sea mientras siga creando obras interesantes, aunque tengan la etiqueta de blockbuster.
XOXO SoldieRyan
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