Alta fidelidad: madurar gracias a las rupturas de pareja

by - julio 04, 2018


john cusack mirando a cámara en Alta fidelidad (2000)

”¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido, o estaba deprimido porque escuchaba música pop?”

Leía el otro día una noticia, acerca de que alrededor de los 30 años, todo el mundo ha vivido -como mínimo- tres rupturas sentimentales. No sé si para ti, lector, esto será cierto, pero el protagonista de Alta fidelidad (2000) narra a los espectadores sus cinco rupturas hasta la fecha. Esta película de Stephen Frears marcó a toda una generación, y después de verla, puedo entender por qué. Pero, ¿por qué fue un hito generacional Alta fidelidad?


Todos somos Rob Gordon

John Cusack lo borda en el papel de Rob Gordon, un treintañero melómano. Un dato muy interesante de la película, y que permite empatizar con el personaje, es su afición por la música. Usan las canciones para contar los estados de ánimo del protagonista, algo muy común y que seguro que nos ha pasado a muchos. Cuando estamos tristes, aun a riesgo de caer en una depresión emocional, escuchamos eso, canciones tristes de grupos deprimentes. Cuando estamos enfadados, caemos en grupos de rock reivindicativo o cosas parecidas. Rob Gordon es muy humano, y por eso es tan sencillo entender al protagonista.

En algunas situaciones que se plantean en la película, siempre contada desde la perspectiva del personaje principal, vemos cómo primero se nos da cierta información para, unas escenas después, contrastarla con una declaración sincera del protagonista. Por ejemplo, la película empieza con una ruptura, algo que nos es contado como algo incomprensible por parte de Rob, ya que no entiende por qué su pareja le abandona. Luego, desarrollando la historia, descubrimos que quizás ella sí que tenía motivos, ya que Rob se acostó con otra chica, y su pareja abortó a raíz de ese acontecimiento. Es decir, no es tan perfecto como nos quería contar. 

Los seres humanos, a veces, somos estúpidos. Tendemos a mostrar la mejor cara a los demás, para que no descubran que nos sentimos débiles, o menos que las personas que tenemos alrededor, así que enmascaramos lo que somos. Pero somos estúpidos, débiles, nos equivocamos y cometemos errores. Y está bien que Alta fidelidad tenga la valentía de estar protagonizada por un tío imperfecto, que a veces se comporta como un inmaduro o un capullo, directamente. Por eso, todos hemos sido Rob Gordon en algún momento.

John Cusack junto a sus amigos y compañeros de trabajo (Jack Black y Todd Louiso)
John Cusack junto a sus amigos y compañeros de trabajo (Jack Black y Todd Louiso)


Hablar al espectador

Un recurso muy habitual cuando se quiere conectar más rápido con el espectador, es romper la cuarta pared y dirigirse a este directamente. Alta fidelidad utiliza este recurso, ya que Rob cuenta la historia directamente a quien está viendo la película, para que entendamos su historia, cómo se sentía y de alguna manera, poder lograr una identificación mayor. Lo hace en todo tipo de situaciones: cuando está trabajando, cuando está solo en casa, con citas, etc. Es como si fuera consciente de que hay alguien realmente mirando al otro lado, y establece un diálogo con él.

Este recurso a veces podría echar para atrás. Sin embargo aquí funciona de maravilla, ya que John Cusack consigue que nos caiga simpático, aun entendiendo que es un tío con muchos defectos. Desconozco si la novela de Nick Hornby en la que se basa Alta fidelidad tiene la misma estructura, y en cualquier caso, es más fácil hacerla funcionar en la literatura. Pero en la película funciona muy bien y le da un toque diferente, que la separa de otras películas del género.

John Cusack dirigiéndose al espectador en una escena
John Cusack dirigiéndose al espectador en una escena

Las relaciones de pareja

Si hay algo que cambia nuestras vidas, eso es, entre otras cosas, una relación de pareja. Es lo que nos hace emocionar, sentirnos capaces de todo y sentir el amor, la tristeza, la alegría y el dolor, prácticamente de un momento a otro y en determinadas situaciones. Hay una escena, en la que se dirige al espectador, donde directamente menciona algo así como "hay personas que te hacen sentir como en casa". 

Como comentaba en la cabecera de este artículo, una persona con 30 años, ha vivido al menos, tres rupturas sentimentales. Está claro que es una media, habrá quien tenga más o menos a estas alturas o en el momento de estar leyendo este texto. Pero lo que no se puede negar, es que cuando se produce una ruptura, es un momento muy duro, todo lo que creías que iba a ser, no será, los sueños de futuro desaparecen y no se harán realidad. Ese despertar suele ser la parte más dura.

En Alta fidelidad se nos cuentan diferentes relaciones, que pueden ser comunes en muchos mortales: el primer amor de instituto, el amor romántico de universidad, la pareja que te impone porque la consideras superior, la que te sirve de puente para superar una ruptura o la que a priori, parecía más seria. Todas ellas pueden ser un momento de  Rob Gordon, una parte de su vida, una versión de él mismo, y aunque alguna de sus rupturas es bastante dramática, al final, todo pasa y se termina por superar. 

Lisa Bonet (dcha) junto a Rob y sus amigos
Lisa Bonet (dcha) junto a Rob y sus amigos

Madurar

Rob Gordon es un tipo inmaduro al inicio de la película. Cuando su pareja le deja -y en otras rupturas anteriores- tiene comportamientos bastante infantiles si se juzga desde fuera, pero ¿quién no se ha sentido como él en una ruptura? Desamparado, incomprendido, abandonado, solo. Todo eso lo vemos tras la abrupta escena inicial. Ni el trabajo, ni los amigos, ni siquiera su madre, parecen entenderle, se siente a la deriva. El único punto que le hace sentirse algo mejor, es cuando conoce a una cantante, con la que tiene un pequeño idilio. 

Conforme va avanzando el metraje y conocemos más a Rob, vamos viendo también su evolución. Un claro ejemplo de esto, es cuando acude al entierro del padre de su última ex, Laura. Cómo termina por comportarse en esa situación refleja mejor que ningún otro momento el cambio que ha hecho como personaje. Incluso hacia el final, cuando se sincera hablando sobre la idealización del amor, que no es más que un error. De hecho, la película termina con una escena en la que parece que ha entendido lo que es el amor de verdad, y no todo eso que había estado idealizando en sus relaciones anteriores. 

Alta fidelidad fue el reflejo de una generación, pero es que creo que es una película atemporal. Interpretada, además de por Cusack, por un competente elenco de actores que incluye a Jack Black, Catherine Zeta Jones, Tim Robbins o un divertido cameo de Bruce Springsteen, pura referencia musical. 
Aunque está ambientada en una época muy determinada -los años noventa- habla de temas tan universales que termina por ser una pequeña obra maestra, que sin grandes florituras, y entiendo que partiendo de una base literaria muy buena, transmite a la perfección ideas que son para todo el mundo. Unas ideas acompañadas de palabras, sentimientos y emociones tan familiares para muchos de nosotros, que la hacen un hito generacional, pero para cualquier generación. 

Recomendable para personas que se encuentren superando una ruptura sentimental. 

You May Also Like

0 comentarios