Placeres culpables: El reino de los cielos

by - octubre 11, 2016

Una de las escenas más famosas de la película, Balduino IV hablando con Saladino para evitar la guerra
Una de las escenas más famosas de la película, Balduino IV hablando con Saladino para evitar la guerra

El otro día, gracias a Twitter y a estas cosas de internet, me llegó un tuit de una chica que había leído mi entrada sobre Alejandro Magno, uno de mis placeres culpables, cuando la compartí en Twitter hace ya. Justamente esta película le encantó y le cambió la vida. Me pareció maravillosa esa manera que tiene un blog de regalarte momentos como el hecho de compartir una película tan vilipendiada y sin embargo, para algunas personas es una obra maestra que llega al corazón. Esa es la grandeza del cine. Todo esto, más allá de para dejar constancia que este blog me sigue aportando recompensas personales como esta, me sirve para retomar la sección Placeres culpables. Básicamente películas que en su mayoría han sido más que criticadas, pero a mi por el contrario me gustan o me entretienen y no les necesito buscar los defectos, o las disfruto igual aunque los tengan. Una de ellas es El reino de los cielos (2005), esa magna obra sobre las cruzadas durante el siglo XII dirigida por Ridley Scott en racha de cine histórico tras su Gladiator (2000) y que siguió con Robin Hood (2010). Aprovechando su reposición por TV, me adentro en su defensa.


El argumento de la película, para ubicar al lector:

Alrededor del siglo XII, Balian es un herrero francés viudo, en realidad heredero de Godofredo de Ibelin, un caballero y señor de uno de los reinos de Tierra Santa, que vuelve a Europa para encontrar a su hijo y llevarlo a Jerusalén, para servir junto al rey Balduino IV, en su defensa de la convivencia de las culturas musulmana, cristiana y judía en toda la zona. Todo narrado en el contexto de las cruzadas en el año 1186. 
Es una película histórica, más o menos, pasada por el tamiz de Hollywood y sus presupuestos, claro. El elenco actoral no está nada mal, tal vez el más flojo sea justamente Orlando Bloom como protagonista. Del resto, destacar a Liam Neeson, Eva Green (me encanta esta mujer, ahora en los cines con Miss Peregrine), Brendan Gleeson, Marton Csokas, Jeremy Irons, David  Thewlis o Edward Norton en un papel corto pero intenso.

De esta película circulan dos versiones:
  • la estrenada en cines, de unas dos horas y 10 minutos, que sin estar nada mal, algunas cosas quedan un poco cortas o poco explicadas
  • el montaje del director, editado tiempo después en DVD y que son más de dos horas y media con multitud de escenas añadidas, que es por supuesto, superior a la primera
Por desgracia, la que habrá visto la mayoría de personas será la que se estrenó en el cine allá por 2005. Una pena, porqué la versión más cercana a lo que ideó Ridley Scott, la larga, es mucho más completa y sobretodo queda clara como una perfecta recreación de la época, además de contar una historia actual en cuanto a valores.

Jeremy Irons al frente de la imagen, interpreta al padre del personaje de Orlando Bloom
Liam Neeson al frente de la imagen, interpreta al padre del personaje de Orlando Bloom

Esta película me pilló en un momento de mi vida en el que estaba muy muy, pero que muy, aficionado al cine histórico o "péplum", ese cine comúnmente conocido como "de romanos", que sin embargo también puede englobar épocas un poco más posteriores. Por el motivo que sea, tanto la historia de Francia a Jerusalén como los personajes, me pareció la mar de atrayente. Soy consciente de que la película tiene defectos, de que intenta abarcar mucho y al final se queda corta en algunos temas y tramas, no obstante quiero argumentar porqué para mí es una película mejor de lo que la crítica quiso vender. En su momento fue muy criticada, sin embargo tengo la impresión de que con el tiempo, se ha mejorado su percepción.

Contar con el sello de Ridley Scott ya es un aliciente importante. Sí que es verdad que últimamente nos da una de cal y otra de arena, puesto que es responsable de películas recientes como American Gangster (2007) o Marte (2015), pero también de Un buen año (2006) o El consejero (2013), es decir, una carrera un tanto irregular, más allá de mencionar las ya más que de sobra conocidas Blade Runner (1982) y la primera Alien (1979). En fin, un señor con personalidad en sus películas, y se nota. Hay todo lo que cabría esperar de una gran peli histórica: decorados lo más realistas posibles, grandes planos abiertos de batallas y una fotografía impresionante en cuanto a sus contrastes entre la parte ambientada en Francia (rodada en España por cierto) y la que se grabó en lo que vendría a ser Jerusalén. Sólo por el aspecto visual, merece más que de sobra echarle un vistazo. 



Además de lo comentado arriba, tenemos escenas en particular de batallas, rodadas con un pulso increíble, y manejando cantidades de extras en pantalla de forma maravillosa. Todo el tramo final con el asedio a Jerusalén, es de lo mejor de cine épico que se ha visto. Sí que recurre a muchos lugares comunes en cuanto a diálogos, que reconozco que no son el fuerte de la película, pero en cuanto a la tensión, a la claridad al exponer en imágenes tanto caos en una batalla, es de una gran calidad.

Los personajes y sus motivaciones están muy bien llevados. También es cierto que los malos son muy malos, pero aquí se aporta un punto de novedad, ya que hay malos en ambos lados de la contienda. Ni todos los cristianos eran buenos y santos defensores de la fe y la moral cristiana, ni los musulmanes son tratados como unos devotos obsesivos y sin corazón de su religión, de hecho, se diría que en general salen mejor parados los musulmanes que los cristianos. Esta lectura se podría decir incluso que es bastante acertada y realista a la época, ya que los musulmanes eran culturalmente más avanzados que los bárbaros caballeros que venían de Europa con el pretexto de recuperar lugares sagrados para el cristianismo.

A Orlando Bloom le viene grande tanto protagonismo, pero aguanta bien el tipo en casi toda la película, y por suerte para el espectador, está rodeado de un excelente elenco de actores secundarios. Para mí, la mejor escena que resume la película y el estilo de Scott, es el encuentro entre Balduino y Saladino en el desierto, de lo mejor en cuanto a grandilocuencia e intimismo en una sola escena.




El viaje personal de Balian está muy bien llevado, desde su triste vida y sin futuro en ese pueblo perdido de Francia como herrero, pasando por su rebelión, conocer a su padre, su huida a Italia, y su posterior viaje a Tierra Santa, así como su evolución de simple peregrino a caballero y señor de Ibelin, hasta defensor de Jerusalén cuando todos los demás han fallado. En realidad es una película en la que nunca te aburres. El tono de la misma es solemne e intenso, pero perfecto para lo que muestra.

Los decorados, qué decir de los decorados. Todos los escenarios que se muestran en la película parecen de verdad. Muchas veces cuesta creerse lo que se ve en pantalla, pero en este caso, y eso que ya tiene unos 10 añitos, todo parece bastante más de verdad que muchas películas de la actualidad, donde los decorados están excesivamente digitalizados. En El reino de los cielos, desde la Jerusalén medieval, que luce maravillosamente real, a el Krak de los Caballeros en mitad del desierto, la fortaleza de Ibelin o el pueblo francés del inicio, todo luce perfecto. La entrada a Jerusalén por primera vez a mí se me quedó grabada en la retina, por ejemplo. Hay que ver para creer, pero impresiona.

Jeremy Irons y Orlando Bloom en un momento de la película
Jeremy Irons y Orlando Bloom en un momento de la película

Cuando acabas de verla, no te quedan si no ganas de saber más cosas de las Cruzadas, de ese misterioso rey leproso, de Saladino y sus futuros éxitos o de como fue en realidad la historia de Balian y el destino de Jerusalén. Evidentemente se ha edulcorado una gran parte para adaptarla a los cánones del cine de palomitas, pero desde luego lo que se cuenta no resulta tan inverosímil. La película trata lo sucedido entre la primera y la segunda Cruzada, apareciendo eventos tan importantes como la batalla de los cuernos de Hattin o bien el mencionado asedio a Jerusalén.

Una película a rescatar, y si, tal vez tenga debilidad por el género histórico por interés personal, pero desde luego es una de las grandes obras de Scott y del resurgir del cine épico que vivimos gracias a la pionera Gladiator (2000), también dirigida por este señor. Es de la época de Troya o El Rey Arturo, ambas de 2004 y muy inferiores a esta, en cuanto a tono, personajes y guión. Tengo claro que se aprovechó el tirón de Orlando Bloom entre el público juvenil para hacerlo protagonista, pero bien, es un peaje a pagar.

Cine de calidad y que hace reflexionar, no se puede tener esto todos los días. Y si podéis ver la versión extendida, os gustará aún más.

XOXO SoldieRyan

PD: ¿he dicho ya que sale Eva Green?


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