La sensibilidad en el cine

by - septiembre 21, 2017

el lado bueno de las cosas (2012) Bradley Cooper y Jennifer Lawrence


Es complicado tratar temas complejos en una obra. El arte está abierto a todo el mundo, y al final, el cine es un arte también. Por eso, hablar sobre las enfermedades físicas o mentales, o sobre casos que tratan o se basan parcial o totalmente en una historia real, pueden llegar a ofender a algunas personas. La sensibilidad en el cine, es algo necesario muchas veces. Pero no siempre se acierta con el tono y la manera en la que se narran las cosas. Hay que entender que una cosa es ficción, el cine, y la otra realidad, la vida misma. Y aunque a veces la realidad supera la ficción, ¿dónde están los límites en la sensibilidad en el cine?

Próximamente se estrena una película española llamada Toc Toc, cuya historia intenta narrar la vida de varias personas afectadas por esta enfermedad, conocida también como transtorno obsesivo compulsivo. El tono de la película, a raíz del material promocional mostrado hasta la fecha, parece tirar claramente hacia la comedia. Todavía no sabemos si se ridiculiza o no esta enfermedad, pero la pregunta es: ¿se puede hacer broma de un transtorno que afecta a familias y personas como nosotros?




La respuesta más obvia debería ser que sí, que se puede hablar de todo en una sociedad donde la libertad de expresión está normalizada. Pero entonces surge el otro discurso: tu libertad termina donde empieza la del otro. Una persona que padezca un transtorno de TOC, tiene derecho a sentirse ofendida por ver una película en la que un problema que a él le causa una ansiedad diaria y una dificultad por vivir con normalidad, se vea simplificado. También, en el lado opuesto a esta idea, podría decirse que así le ayuda a relativizar su transtorno.

El poblema con la sensibilidad en el cine, es que precisamente es un medio de comunicación muy poderoso, que permite difundir su mensaje a muchas personas, que quizás de otro modo, no sería tan sencillo. Normalizar una situación, sacándola quizás del hogar de muchas familias y externalizándola, haciéndola real, es una tarea encomiable. Por eso todos los medios de comunicación que pueden difundir un mensaje positivo, son tan importantes en la sociedad. Es el deber moral de los responsables de este tipo de productos, dar a conocer situaciones si están en su mano, podría decirse. 

Nadie obliga a nadie a contar una historia como a uno mismo le gustaría, eso es absurdo. Hay tantas historias como personas. Y también hay cantidad de películas que se han convertido en un éxito y han ayudado mucho a normalizar cierto tipo de problemáticas sociales -o al menos, darlas a conocer- y eso es muy encomiable. Sin embargo, no siempre se acierta con la manera en la que se muestra esa situación, corriendo el riesgo de simplificarla en exceso, y perder gran parte de la realidad que hay detrás.

Por ejemplo, La vida es bella (1997) película del italiano Roberto Benigni, que hablaba del holocausto al que fue sometido el pueblo judío a raíz del gobierno Nazi, una situación histórica conocidas por todos y contada en multitud de películas y obras, unas más acertadas y fidedignas y otras menos. Este caso concreto, fue muy criticado en su momento, precisamente por la aparente simplicidad con la que algo tan grave y que provocó la muerte de millones de personas, era contado como un cuento para niños. Quizás la idea era buena, quizás tenía buena intención. Fuera por el motivo que fuera, no fue acertado para algunos y la crítica se cebó duramente con ella.

Instante de La vida es bella (1997), ganadora del Oscar a la mejor película extranjera
Instante de La vida es bella (1997), ganadora del Oscar a la mejor película extranjera

Un ejemplo más reciente, El lado bueno de las cosas (2012), que trata sobre la depresión. Una historia narrada desde un trasfondo más personal pero una mirada más analítica pero no por ello menos emocional. La historia al servicio de los protagonistas con alguna peculiaridad, no al revés. Al final el problema que sufren muchas personas que tienen algún tipo de característica que las hacen diferente a la mayoría o a lo que la sociedad ha establecido como normal, es el de sentirse rechazados por esa masa social. 

La manía de Hollywood por enternecer a personajes así, y convertirlos casi en superhéroes como es el caso de Forrest Gump o tirar de sentimentalismo para emocionar al espectador e incluso el patético recurso de dar pena, para que así uno pueda identificarse con el dolor, no ayuda demasiado a concienciar. Este recurso lo que promueve es seguir sintiendo este tipo de casos como algo ajeno, que más bien resulta tierno o lastimero, y nadie quiere que sientan lástima por él. Yo soy Sam (2001) y Una mente maravillosa (2002) son perfectos ejemplos de esto, contando una historia sobre la discapacidad psíquica y la esquizofrenia.

Sean Penn interpretando a un discapacitado psíquico en Yo soy Sam (2001)
Sean Penn interpretando a un discapacitado psíquico en Yo soy Sam (2001)

Quizás el debate es muy complicado de esclarecer, pero realmente la sensibilidad en el cine es un aspecto muy importante a tener en cuenta, por varias razones. 

Primero, si quieres que tu película funcione narrativamente y no sea tramposa por jugar con los sentimientos del espectador. Ya he hablado de esto en otra ocasión, con la pornografía sentimental (no, no es porno).
Segundo, por el poder del efecto llamada que tiene una película. La repercusión en los medios o el poner de actualidad un tema que de otra manera, no lo estaría. Caso de Mar adentro (2002) con la eutanasia, por ejemplo. 
Tercero, las personas que viven cada día ese tipo de situaciones en sus propias carnes, merecen el mismo respeto que cualquier persona, por eso es tan importante al menos informarse de si se va a tratar un tema delicado. 

Belén Rueda y Javier Bardem en Mar Adentro (2002) de Alejandro Aménabar
Belén Rueda y Javier Bardem en Mar Adentro (2002) de Alejandro Aménabar

La comedia es un buen recurso para que una historia no sea demasiado tremendista, ya que a nadie le apetece ver constantemente dramas personales en pantalla. Es por eso que no es mala idea aprovechar un tono ligero o quizás positivo por la actitud con la que los personajes viven su problema, más que aportar una intensidad y un dramatismo innecesarios. 100 metros (2016), una película también española sobre la esclerosis múltiple, usaba este recurso. 

Aquí el conflicto surge cuando las bromas son de mal gusto, o el tono tiende a ridiculizar por cómo se muestra el problema y la persona que lo vive, y eso, más que ayudar, termina hiriendo a los afectados y no logra tomar en consideración la importancia del problema. 

La sensibilidad en el cine es tan importante como cualquier otro aspecto de una película cuando los responsables se deciden a abordar un tema de calado social, por eso es primordial que el problema se tome en serio y con respeto, que es lo que todo el mundo merece, como mínimo.

XOXO SoldieRyan

PD: por cierto, me voy al festival de San Sebastián.

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7 comentarios

  1. Hola Adonai,
    Esta entrada me ha gustado muchísimo. Por un lado está bien que haya un toque de humor para ver el transtorno desde un punto de vista diferente. Hay personas con enfermedades raras (que así es cómo las llaman) que se lo toman con cierta gracia porque así sus vidas no están sujetas solamente al dolor y la tristeza. Hablo con conocimiento de causa, porque una vecina mía tenía TOC y aunque a los demás nos ponían nerviosos, ella, sonreía y siempre se lo toma todo de buenas.

    Cada persona es un mundo y se lo puede tomar a bien o mal.... Es mi humilde opinión.

    Saludos!

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    1. Hola Éowyn!
      Gracias por tu comentario. La verdad es que es un tema delicado, y que creo que daría para un desarrollo mucho más largo. En todo caso, no quería dejar pasar el tema.

      Saludos!

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  2. Creo que es una película que, a diferencia de Mejor Imposible (que ofrecía un acercamiento -sesgado en ocasiones- a la realidad del TOC), ridiculiza demasiado está enfermedad. La principal diferencia entre ambas, es que ésta que se estrena ahora, es comedia pura, y se deja llevar (en exceso) por anteponer el humor y jocosidad, a la realidad y dramatismo que supone parecer en muchos casos este trastorno.

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    1. Hola Tokado, primero de todo, gracias por comentar, se agradece ver un rostro nuevo.
      Segundo, es una visión respetable, pero también es comprensible que quizás las personas y/o familiares del problema se sientan ofendidos por el tema, ya que reírse e incluso ridiculizar tanto un problema así, puede ser peligroso por no ser conscientes de las dificultades que hay detrás, y relativizarlo en exceso.
      Saludos!

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    2. Completamente de acuerdo, Adonai. Espero que haya quedado bien reflejada mi opinión, la cual va totalmente en la línea de tu comentario.
      Casualmente,esta noche se ha publicitado la película en "El Hormiguero" a través de dos de los actores principales...y se ha relativizado bastante el TOC. No esperaba gran cosa al respecto; pero la verdad es que me ha decepcionado mucho el intento de "normalización" que se ha intentado realizar. Bajo una "sección" del programa titulada "Los TOCs de El Hormiguero", lo que se ha hecho es narrar de boca de varios miembros del equipo, alguna manía de tipo aparentemente​ compulsivo. Entre otros, el jefe de realización ha contado algo realmente curioso que le ocurre mientras va conduciendo en la moto...y se agradece su valentía; pero hasta cierto punto...
      El TOC es un problema que afecta hasta a un 3% de la población. Y no se trata del típico caso de sentir la necesidad de volver a casa para comprobar que se han apagado los fuegos; Esto es un rasgo neurótico: NO TOC.
      EN RESUMEN: BUENA PUBLICIDAD PARA EL FILM. NO TAN BUENA PARA EL TOC.
      Un saludo!

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  3. POR CIERTO, MI MÁS SINCERA ENHORABUENA POR TU EXCELENTE ENTRADA. (Me ha gustado mucho!!!)

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    1. Muchas gracias, TOKADO, y en referencia a tu comentario anterior, incluso te diría que ni siquiera el Hormiguero es el programa apropiado para tratar estos temas con la importancia necesaria. Te diría que últimamente -y nose si es cosa mía- se tiene más tacto con las diferencias ideológicas que con este tipo de enfermedades, por aquello de no faltar el respeto en unos casos, y en otros parece que no es tan importante. Es una percepción personal, obviamente.
      Un abrazo desde el blog!

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